El buen vivir

El buen vivir

En Unquillo, un grupo de vecinos llevan adelante una particular forma de adquirir y vender productos de elaboración local. Se trata de “Consumo comunitario Cabana”, una organización  que a través de una lista de artículos que difunden por links, logran reunir a proveedores con consumidores de alimentos y artículos saludables. Viviana Beato integra esta comunidad  desde sus inicios y nos cuenta las particularidades de esta metodología.

“Consumo comunitario Cabana” surgió hace casi 4 años a partir de una feria que se realizó  en la plaza del barrio, y luego se mudó al centro vecinal. Primero fue de producción local, después se transformó en feria agroecológica, trajo muchos productores  de Cabana y otros que se fueron sumando. 

Juan Pablo Moreno fue quien los reunió y  ofreció asesoramiento con la experiencia que él tenía de otros grupos en Buenos Aires, sobre lo que era el comercio justo y cómo implementarlo. Empezaron a ver videos, a contactarse entre productores; al principio fue un proceso muy largo, en la gestión y organización llegaron a ser quince aproximadamente, hoy son cinco mujeres: Victoria Trincado, Valeria Pratto, Susana Pérez, Nuria Calafell Sala y Viviana Beato quienes hace ya dos años llevan adelante esta propuesta.

¿Cómo surge la idea de forma este grupo agroecológico y quiénes lo integran?

Se dió que nos encontramos varias personas que producíamos cosas  (más que nada alimentos) que tienen que ver con el “Buen Vivir”. La agroecología hoy nos está atravesando a todos, es  un cambio de paradigma en lo que tiene que ver con la salud,  la alimentación. Hay mucha gente acá en la zona que ya venía produciendo en forma independiente en sus domicilios y ofreciendo en diferentes espacios y casa por casa. Lo que hizo la feria fue juntar esa gente, empezar a conocernos a consumir entre nosotros. Yo y varios de los que formamos parte de “El consumo” hacemos muy pocas compras en un supermercado desde que surgió esta posibilidad, esta opción; nos manejamos entre compras cercanas porque sabemos quién lo está produciendo, cómo se produce, cuáles son los insumos que utiliza para hacer elaboración de sus alimentos, sabemos cuál es la procedencia y tenemos  contacto con los productores,  sabemos fehacientemente que  son productos agroecológicos.

¿Cómo es la metodología de “Consumo comunitario Cabana”? ¿Se hacen trueques? 

No es un grupo de trueque, en realidad es un grupo de venta. Una vez al mes se envía un link a los consumidores (ya son alrededor de 110), cada consumidor entra a ese link y le aparece la página con todos los productos que ofrece el consumo comunitario, muchos son productos de reventa. La gestión la hacemos entre las cinco personas que antes te comenté, estos productos son de producción o de elaboración propia de cada uno de los productores. Los productos que se ofrecen son: legumbres, harina, harina de centeno, harina de maíz, harina integral, azúcar mascabo, café de mistol, arropes que  nos  mandan de Marco Sierras, las legumbres de Santa Fe, la yerba Canchada estuvimos vendiendo mucho tiempo directo de Misiones. También vendemos aceites, aceitunas, huevos caseros de libre pastoreo, las verduras son agroecológicas de una familia de acá de Unquillo que se sumó hace un par de meses al proyecto; fruta  agroecológica también y la buscamos nosotros en Villa Retiro, después hay productos de almacén, por ejemplo, muchos tipos diferentes de milanesas vegetarianas, veganas, algunas otras, que son a base de legumbres, cosmética natural, micro dosis,  shampoo sólido. Hay semillas orgánicas, sahúmos hechos por otra productora con varas de hojas secas de las diferentes yuyos del monte, hay cerveza, Gancia y Gin artesanal, mermeladas, hay pastas frescas rellenas, de una productora de Cabana. También hay cosas dulces, alfajores hechos con harina integrales y harinas de vino, rellenas de membrillo o dulce de leche, panes integrales, panes de lino, de centeno y otro tipo de alfajores también. 

¿Cómo se realizan los pedidos?

Vos entras al link en el momento que nosotros te lo enviamos, no está abierta la página todo el tiempo. El proceso demanda tres etapas: la primera etapa es mandar el link, a todos los consumidores, hay una semana donde el consumidor puede entrar a la página y hacer el pedido, subís al canastito todos los productos que quieres comprar, cerras el pedido, y después viene el momento de hacer el pago, que se hace por transferencia, a una cuenta de nosotras. La semana siguiente nosotras, con ese dinero, pagamos a todos los productores, hacemos el recuento de todos los pedidos, y nos abastecemos de lo que tenemos que comprar. Y el sábado siguiente llegan los productores, al centro vecinal y a partir del mediodía empezamos nosotras a armar cada bolsón, cada pedido, ahora en pandemia, se divide  en dos horarios para hacer la entrega. Ese es el formato, la modalidad. Ahora hace dos meses, estamos sumando la feria, en el centro vecinal, de productores, de los mismos productores que participan de la venta del “consumo” . El que quiere, puede venir y hacer feria en ese momento, para que se hagan conocidos por consumidores nuevos, o consumidores que vienen a buscar su pedido. Así si los consumidores quieren llevar algo que no habían pedido, lo puedan hacer. 

¿Algún producto es curioso u original?

Algo que me llamó mucho la atención, son las cascaritas de naranja confitadas hechas golosinas, también los alfajores con harina de vino, son bien oscuritos y riquísimos.

¿Hacen entrega a domicilio?

Hicimos la experiencia de un envío a domicilio en marzo del año pasado cuando comenzó la pandemia y fue un día de mucho laburo porque llegaron a ser 60 y pico de pedidos. Se largó una tormenta impresionante, se rompió una de las camionetas, después otro auto chocó contra una vaca en el medio del camino y se le rompió el parabrisas; fue frustrante y decidimos no hacer envió a domicilio, tiene que venir cada consumidor a retirar. El consumo comunitario es un espacio en el que somos todos responsables, los que gestionamos y estamos en la organización, los productores y los consumidores, a todos nos caben más o menos la misma responsabilidad, porque si nosotros no estamos para gestionar y organizar, el productor no puede traer las cosas y el productor, si no trae las cosas, el consumidor no se las puedes llevar y como todo está pagado ya de antemano, entonces hay una responsabilidad mucho mayor. El día que se hace la entrega cada consumidor viene con su mail, -porque el sistema te manda un mail- y controla junto con una de nosotras que el pedido esté bien hecho.

¿Cuentan con algún tipo de autorización o habilitación de la municipalidad?

No fue necesario, cada productor tiene su permiso bromatológico gestionado antes de entrar al consumo, consumo fue como que los juntó a todos, pero nosotros nos manejamos en forma independiente, somos autogestivos, y funcionamos así una vez al mes, en el centro comunitario de Cabana que tiene personalidad jurídica, pero  somos una organización independiente. También te cuento que a través de la gestión de alimentos de reventa de granos y harinas, nosotros pedimos bolsones grandes de mercadería, y decidimos una vez a la semana  (los miércoles, de  10 a 12 hs) en la casa de una de nosotras, se habilita la venta del almacén agro del consumo, para este tipo de productos.

¿Los precios los decide cada productor o es algo que se discute con la organización?

No, el precio lo pone cada productor y le deja el 10% de la venta a la gestión del consumo comunitario.

¿Qué características debe tener un productor para poder sumarse al grupo?

En principio el requisito es la producción propia, la elaboración casera. No se aceptan productos de reventa de ninguna persona. Este es el requisito fundamental, después nosotros vamos incorporando productores teniendo en cuenta que no haya más de dos por rubro.

Cómo están resolviendo la situación de pandemia? ¿De qué manera los afectó? 

Bueno, cuando comenzó la pandemia, fue como una explosión, porque subió  considerablemente la cantidad de consumidores que nosotros no lo teníamos previsto, y, a partir de ese momento empezamos a hacer el pedido mensual porque antes lo hacíamos cada dos meses. Nosotros surgimos a partir de una necesidad, de un cambio que quisimos como grupo de vecinos, para bien, y  se armó este grupo que se pudo sostener, que no es fácil, que no es poco. Y la idea era, sí, que se multiplicara esto, que pudiera llegar a otros barrios y que sepamos que podemos, si nos podemos organizar, nos podemos alimentar y podemos vivir mucho mejor que consumiendo en las grandes cadenas, ese es nuestro principio básico. Asique nos vamos manejando con los consumidores que pueden seguir apostando económicamente a este espacio, así como se han ido muchos consumidores han llegado muchos otros,  estamos contentas, siempre con nuevas ideas, y tratamos de seguir poniendo el cuerpo a esto y las ganas, para que siga creciendo.

«Si podemos organizarnos, podemos alimentar y vivir mucho mejor que consumiendo en las grandes cadenas, ese es nuestro principio básico»

Por Mar Firmenich -Instituto Nuevo Milenio 

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