Reflexiones sobre el 9 de julio: Día de la independencia
Si tuviéramos que clasificar por importancia las fechas patrias argentinas, no cabe duda que el 9 de julio está en los primeros puestos: hablar de independencia, autonomía y liberación sigue siendo tan importante hoy como lo fue hace ya más de 200 años en nuestro país. Pero ¿es lo mismo ser independiente para Belgrano y San Martín, que para nosotros los jóvenes del S. XXI?
En el siglo XIX Argentina declara su independencia, y entre muchos valores se destacan la autonomía y la soberanía, como también el poder de decidir sobre sí mismo como estado sin intervención ajena. Próceres de los más reconocidos apoyan y refuerzan dichos valores, bajo la idea de una Argentina unida, una que se nutre de todas las personas que la habitan. Sin ellas no podríamos hablar de independencia hoy. Recordar esta fecha, es volver en el tiempo para encontrarse con un pueblo que buscaba formar algo propio, pero sobre todo algo libre de cadenas y ataduras. Entonces, el 9 de julio no es solo recordar a esos políticos históricos que se juntaron a debatir y firmar, es hablar de un conjunto de personas unidas por la misma tierra y cielo, pero por sobre todo bajo el mismo sentimiento, elegir dar todo por sus ideales bajo la insignia y lema de “Viva la Patria”.
En la actualidad, es importante recordar el pasado para que el significado de independencia no se confunda con “vivir tu vida bajo tus propias reglas”. Realmente, a través del tiempo, esta palabra ha cambiado su sentido, pero mantiene su esencia. Consideramos que todos en este acto sabemos lo que es la independencia, pero es difícil ponerlo en palabras. Para ayudarnos, recordamos el 9 de julio, fecha en la que podemos repensar este término desde un punto de vista distinto al de hace 2 siglos, pero que tiene una idea parecida: los sueños de ser libre no se cumplieron atados a alguien, sometidos por otro o dominados por las circunstancias. El mundo no cambia de la noche a la mañana, y la libertad no aparece con la llegada del alba.
De esta manera, tomamos este pantallazo de independencia, para ofrecer algo, una oportunidad de pensar sobre estos conceptos en nuestras vidas diarias: ¿Qué tan independientes somos y a qué costo? ¿Quienes somos los que retenemos nuestra libertad de sentir y soñar? ¿Seremos nosotros mismos? ¿Estamos dispuestos a ser más libres y atrevernos a pensar distinto? ¿Creemos poder ser independientes y afrontar la responsabilidad que conlleva?
Por último, nos gustaría invitarlos a reflexionar sobre nuestra independencia como nación hoy en día. Todos podemos opinar distinto, pero de qué sirve esa diversidad de posturas si no logramos acordar un estado de situación en el que todos podamos convivir en paz. En la situación actual en la que nos encontramos como país, todos deberíamos tener en cuenta que a la hora de resolver los conflictos y problemas que se nos presentan, nadie encuentra soluciones si busca, culpables. Independencia viene de la mano de libertad, y libertad incluye responsabilidad, y es una responsabilidad de todos cuidar estos valores que tanto apreciamos y que tan difícilmente conseguimos como un pueblo unido en el pasado, un detalle que muchas veces pasa desapercibido.
Por Bruno De Santis, Instituto Nuevo Milenio.