En la búsqueda de los sentidos de la vida
“Casa Amancay” ofrece prendas tejidas y teñidas con materiales totalmente naturales. El espacio brinda además un recorrido por todas las etapas del hilado artesanal.
Paula Rodríguez tiene su emprendimiento en el corazón de Villa la Selva de Salsipuedes, desde hace 15 años. Aprovecha el vellón de lana que le ofrecen pequeños productores del sector y les da color con frutos y raíces del monte para crear mantas, ponchos, alfombras y boinas que reflejen el paisaje que la rodea.
¿Cómo descubrió su pasión por el tejido artesanal?
Qué linda pregunta. Allá por el 2001/2002, con un periodo de crisis parecido al que vivimos ahora, no tan profundo capaz. Yo era más joven y andaba en la búsqueda de los sentidos de la vida y fue ponerme a producir con mis manos desde lo que la naturaleza me da, la materia prima desde el inicio, de hacer el hilo, después la prenda y teñirlo. Entonces en esos momentos de crisis fue como un ancla muy lindo.
¿Por qué decidió dedicarse a esto?
A veces uno no solo toma la decisión, sino parece que algo lo atrae, algo que lo está llamando que le dice “acá estoy”. Creo que tiene mucho que ver con la posibilidad de unir un montón de cuestiones en los que uno está de acuerdo, de cosmovisión de vida, de poder expresarme, poder trabajar, hacer un producto y expresarme de modo sustentable con el ambiente y que me resuelva una economía. También tiene mucho en cuestión social, yo trabajaba capacitando y yendo al campo, haciendo rescate, conociendo gente o comunidades de bolivianos.
¿En qué consiste concretamente su emprendimiento?
El emprendimiento es “Casa Amancay”. Tenemos telar criollo, la rueca, cargadora. Está para que uno pueda venir a hacer el recorrido y ver todo el proceso de hilado, tejido y teñido con tintes naturales. Esta el espacio para mostrar cómo se tiñe con tinte naturales, hacemos talleres también de tejidos, hilados y teñido. También los productos para la venta, en este momento solamente tejidos y ahora hemos agregado un complemento que es la comida, es un poco de eso básicamente.
¿Dónde empezó a vender sus tejidos?
Empecé vendiendo entre amigos y conocidos. Después estuve en ferias y de a poco fui generando un espacio propio.
¿Qué productos vende?
Tejo mantas, ponchos, accesorios, pashmina, alfombras, boinas y polleras; ya sea indumentaria y para decoración. Trabajo mucho a pedido y cuando hay que hacer varias mantas o cosas así, busco personas que me ayuden.
¿Qué materiales necesita usualmente para esta actividad y cómo los consigue?
Básicamente utilizo vellón de oveja. En este momento estoy fortaleciendo el laburo en el territorio, acá en la zona, estoy trabajando más que nada con el vellón que se consigue en las pequeñas huertas y granjitas que hay por el camino al Cuadrado, por Agua de Oro; hay gente que tiene para la producción de cordero, para la carne, tiene las ovejas y como van sabiendo que yo las estoy utilizando, ellos se van conectando conmigo y yo las voy a buscar. Siempre es ir un poco al campo, lindo laburito. Lo que es para teñir es también toda recolección del monte que voy buscando o se va juntando de lo que sacamos de la comida.
¿Cuánto tiempo le lleva realizar cada prenda?
Cada prenda completa lleva mucho tiempo porque está el proceso de hilado después de teñido y después de tejido, entonces una prenda capaz que demanda un día de trabajo completo en el hilado, el preparar la lana, un día de ocho horas, bastante trabajo.
Después si lo tejemos directamente, también es otro día más de trabajo, depende la prenda. Si se tiñe es un día más, ahí ya en la tintura uno pone las cosas al fuego y va haciendo otras cosas, no es todo el tiempo encima de la prenda.
¿Usted tiene algún/a ayudante o colaborador?
En este momento solamente mi hija hace algunas cositas, pocas. La crisis no permite ampliar la posibilidad de dar trabajo a otras personas.
¿Qué colores y tipos de tejidos le piden más?
Lo que más se está moviendo son los ponchos en tonos marrones con naranja.
¿Cómo vuelca su creatividad en las prendas?
Me gusta teñir las lanas con lo que recolecto en el territorio en el que estoy habitando entonces va dando un color de las lanas que van saliendo y me inspiro en el paisaje, como contar un poco la vista que me rodea.
¿Cómo definiría al público que adquiere sus tejidos?
Es un público al que le gusta este abrigo que da la lana natural y esta expresión que busca de la naturaleza, a través de intercambios, trueque o económico. También están acostumbrados a eso, intercambiar, un público en general porque también hago cosas para niños y grandes.
Por María Sol Vélez y Agostina Kohn. Instituto Educativo Nuevo Mileno.